martes, 11 de enero de 2011

Un año más

Hoy hace un año que dio comienzo esta aventura. 10 de Enero de 2010, aeropuerto de Loiu, Vueling VY7210 con destino a Londres Heathrow, hora de salida 15:15. En Londres me encontraría con Hannes y Sylvain para juntos poner rumbo a India.

Hoy, un año después, me encuentro en Paraguay. Y os preguntareis: “¿Qué coño hace este tío en Paraguay?”. Lo mismo me pregunto yo. Aunque la distancia entre Perú y Paraguay es relativamente corta, mi camino me ha llevado hasta el extremo sur del continente y de vuelta aquí, con un pequeño desvío de unos 4.000 Km. Pacífico adentro. Sé que tengo muchas historias pendientes de relatar, pero no será hoy. Hoy es un día de reflexión.

Porque hoy cumplo un año. Un año de nuevas experiencias y emociones, de conocer lugares idílicos y paisajes sobrecogedores. Un año libre de rutinas, donde cada día ha sido distinto al anterior. Un año de conocer gente de diferentes culturas, de diferentes continentes, gente que lleva una vida recorriendo el globo y gente que nunca ha salido de su pueblo.

A lo largo de este año, mis ojos han dado testimonio de un sinfín de maravillas que todos sabemos que existen, pero que no todos llegan a contemplar. Desde los más áridos desiertos, hasta selvas tropicales. Volcanes activos, géiseres en erupción, imponentes glaciares, playas paradisíacas, mares de sal…

He bajado a las profundidades del mar y a las entrañas de la tierra. Y he subido a las montañas más altas, he experimentado la sensación de volar y de caer al vacío.

La naturaleza me ha regalado momentos inimaginables. Y he visto la vida animal en su estado más puro, en libertad. He nadado con ballenas y buceado con tiburones. Me he bañado en ríos con pirañas y cocodrilos. He observado el majestuoso caminar de un tigre en Asia y al cóndor de los Andes atrapando a su presa. Canguros, koalas, tarántulas, anacondas… Pingüinos, cormoranes, leones marinos, focas…

He viajado con las mejores compañías, compartiendo momentos de alegría, euforia, realizando verdaderas gestas… festejando, compartiendo y conversando. Y también he viajado solo, intentando conocerme mejor y permitiéndome acercarme más a la gente. He buscado los lugares más recónditos y he acabado celebrando ceremonias con chamanes, conviviendo con familias en el Amazonas y en la sierra andina. Y me he encontrado acampando en la nieve y cruzando pasos montañosos en las condiciones más inclementes.

He viajado en avión y en autobús. Y también en camiones y furgonetas. Largos días de viaje en barco y en tren. Y cuando me he cansado de todo he viajado a dedo.

Y durante este año, el comentario estrella ha sido: “¡Qué envidia!” o “¡Qué suerte tienes!”. Y sí, no lo voy a negar, me considero realmente afortunado por haber podido vivir todas estas cosas y conocer a todas estas personas. A menudo me paro a pensar la suerte que tengo de estar aquí, de ver lo que he visto hoy y de vivir el día como lo he vivido. Porque llega un punto en el que es fácil asimilar esta vida como “normal”. Pero de verdad os digo (y a menudo me lo recordáis), que intento mantenerme consciente de que cada día de este año ha sido un regalo.

Dejadme también deciros que, siendo consciente de la suerte que tengo, este viaje no está solo al alcance de unos pocos elegidos, sino de la gran mayoría de la gente. Desde luego que tiene un precio, no solo económico, que hay que estar dispuesto a pagar.

Porque hoy cumplo un año, 365 días lejos de mi casa. Hoy cumplo 365 días sin abrazar a mis padres, mis hermanos, mis abuelos… sin ver crecer a mis primitos y a mi hermano pequeño… sin reuniones familiares.

365 días sin cena en casa con los amigos, sin viernes de cañas por Pozas, sin sábados de kalimotxo en el Casco Viejo… sin mañanas de domingo de baloncesto, ni tardes de San Mamés.

365 días sin fin de semana en el pueblo, sin partida de tute, singstar, sin pachangas con los amigos…

Por todo eso y muchas cosas más, dejadme que por una vez sea yo el que os diga: “¡Qué suerte tenéis!”. Y al igual que yo lo intento, procurad pararos de vez en cuando a pensar en vuestra suerte.



Todo este ataque de melancolía, me empezó a invadir hace unas semanas y me obligó a tomar una decisión respecto a mi viaje. Llevaba algunos meses (desde que aterricé en Lima y decidí continuar con mi viaje a un ritmo más pausado) contemplando la posibilidad de retrasar la vuelta a casa por unos meses, y cada vez tenía más claro que así sería.

Tras varios meses recorriendo el continente sudamericano y después de despedirme definitivamente de Hannes y Sylvain, que ya apuraban sus últimas semanas, llegué a Buenos Aires. De esto hace hoy un mes.

Pasé largo tiempo en la gran ciudad, visitando antiguas amistades y otras que había hecho a lo largo de este viaje. Y, poco a poco, fui contemplando como era la “vida real” que prácticamente había borrado de mi mente. Amigos que trabajan de 8h a 18h, con sus compromisos, sus Blackberries… y en medio de todo eso estaba yo.

Esto se juntó con la proximidad de las fechas navideñas y la extrañeza de esperarlas en chanclas y bañador, en la piscina, a 30º con un sol de muerte. Ni un solo villancico, ni fresquito (ni que decir nieve), y con contados árboles adornados con luces que parecían estar totalmente fuera de lugar.

Y como colofón ¡¡el 0-0 del Athletic en Barcelona!! :-)

En fin, con todas estas sensaciones en mi interior, me vi en la tesitura de tener que elegir entre seguir con el viaje y culminarlo en Brasil como venía pensando desde hacía un tiempo, o emplear el billete de vuelta que aún tenía con fecha de caducidad 9 de Enero de 2011.

No fue una decisión fácil, pero como veis, sigo en tierras americanas por un tiempo más. El salir de Buenos Aires, aunque pasé un tiempo realmente increíble allí, me ayudó a recuperar las ganas de viajar y de conocer todo lo que hay de nuevo por conocer.

Mi intención, es salir de Paraguay en un par de días (sigo preguntándome qué coño hago aquí), visitar las cataratas de Iguazú y rápidamente dirigirme a la costa brasileña, donde espero encontrar la paz necesaria para ir contándoos todas las peripecias que os tengo que contar de los últimos meses. Este es mi propósito para el año nuevo: poner al día el blog  ;-)
Espero que hayáis pasado todos unas felices fiestas, que nadie se atragantase con las uvas y que en este 2011 todos sepamos aprovechar la suerte que tenemos.

6 comentarios:

  1. Espectacular..!

    Amigo, desde mi bello país te envío un fuerte abrazo..esto que has escrito vino desde el fondo de tu corazón, te has inspirado ehh! ;) Felicitaciones y pues claro sigue adelante con lo que queda por vivir en tu recorrido, que cuando regreses al lado de tus seres amados tendrás muchas más historias que contar, muchos abrazos que dar, muchas reuniones familiares, cenas en casa de los amigos, domingos de baloncesto..en fin.

    Te deseo lo mejor del mundo Jon!
    Un beso!
    *amanecer*

    ResponderEliminar
  2. Jon, que buena reflexion lograste! Me encanto.
    Realmente describis muy bien todo lo que viviste.
    Admiro la valentia que tuviste al emprender este viaje y la manera en que lo encaraste.
    Me alegro que tu estadia por Bs As te haya ayudado a darte cuenta que tenes que seguir viajando, disfrutando, conociendo lugares y personas. Ya habra tiempo de volver a la ¨Civilizacion¨.
    Fue un placer haberte conocido durante tu viaje y te deseo lo mejor para este año que comienza !
    Te mando un gran abrazo de San Pedro de Machu Picchu, ja.


    Dani.

    ResponderEliminar
  3. Feliz Cumpleaños!!
    Una entrada muy bonita... que bien escribes, jodio! nos haces reflexionar a todos y poco más nos sacas una lagrimita... ya sabemos que somos afortunados pero no por eso nos vas a dar menos envidia! ;p
    se echa de menos a la familia, pero no te preocupes que cuando vengas, ahi la tendrás más pegañosa que nunca, por no hacerles ni caso en 1 año jeje
    Paraguay?? jajaja piensas llegar algún día a Brasil? si, no? te están esperando esas playas...
    disfruta mucho de lo que te queda y deja de liarla que todavía estás al otro lado del charco. xD

    un besu pa lo más guapu de Bilbao!

    ResponderEliminar
  4. enhorabuena por tu cumple, campeón
    ahora creo que aunque acabases tu viaje no te perderías nada, porque nos has demostrado con tus relatos que ya te has graduado en esta universidad. Con tus clases magistrales durante este año, cada vez que nos narras tus andaduras, nos demuestras como vas creciendo como persona y eso no se aprende en casa con la familia ni los amigos, eso te lo da la valentía de seguir un día tras otro levantandote y siguiendo el camino que te ha llevado donde estas hoy.
    Por eso, yo te felicito en tu año y como alumna sigo diciendo, "qué suerte", pero tambien "qué valiente"
    un beso y cuidate guapo, que ya queda menos para que vuelvas y poder achucharte, que no veas tu familia que ganas tenemos.
    Maite

    ResponderEliminar
  5. Me alegro de todo lo que has pasado y sobre todo que lo hayas disfrutado, pero d todo lo que cuentas me quedo con esto:

    ""Por todo eso y muchas cosas más, dejadme que por una vez sea yo el que os diga: “¡Qué suerte tenéis!”. Y al igual que yo lo intento, procurad pararos de vez en cuando a pensar en vuestra suerte.""

    Te has dado cuenta d como disfrutar la vida sea cual sea la circunstancia, el viaje simplemente t ha ayudado a verlo, en cambio la mayoria de nosotros no nos damos cuenta de esa "suerte".

    He oido a mucha gente decir que cuando vuelvas t va a costar mucho volver a la rutina, creo q esa gente no tiene ni idea, porque ahora veras las cosas de otra forma, eso de lo que te has hecho consciente ya no t lo quita nadie.
    IKER

    ResponderEliminar
  6. Espero que éste espíritu te siga perdurando en el viaje de la vida.

    Un abrazo campeón.

    ResponderEliminar