De Brisbane a Sydney

Asi llegamos a Brisbane, la capital del estado de Queensland, un viernes por la noche, dispuestos a experimentar la noche australiana. El resto del fin de semana lo pasamos relajandonos en la playa artificial a orillas del Rio Brisbane, antes de subir al monte Coot-tha para disfrutar de una panoramica de la ciudad el domingo por la noche.

Nuestra ultima parada en Queensland fue en la tranquila localidad de Coolangatta, donde Sylvain y yo gozabamos de un tranquilo y soleado dia de playa mientras Hannes volvia a intentarlo con el surf.

Ya en el estado de New South Wales volviamos a disfrutar de un dia de asueto en la playa de Byron Bay. Aqui, desde el punto mas oriental de la Australia continental, nuestro paseo matutino por la playa concluia viendo a los delfines juguetear en la superficie.

Recorrimos los ultimos 800km que nos separaban de Sydney, y unos pocos mas hacia el interior para llegar al Parque Nacional de las blue Mountains, el Gran Cañon australiano. Las Blue Mountains reciben su nombre del color azul que desprende la luz al reflectar en la savia de los eucaliptos que pueblan los bosques del lugar.

Nada mas adentrarnos en el Parque Nacional, detuvimos la caravana frente a lo que unos metros atras parecia un palo cruzado en la carretera. Al acercarnos, sin embargo, descubrimos que se trataba de una piton de unos 2 metros. Nos acercamos a ella con sigilo y en pocos minutos se adentro de nuevo en el bosque reptando majestuosamente.

El resto de nuestro tiempo en las Blue Mountains lo dedicamos a hacer largas rutas por los acantilados y algun baño en las heladas aguas de las cataratas, antes de poner rumbo a Sydney.

 Nuestro ultimo fin de semana en el pais de los canguros lo pasamos en Sydney, capital de New South Wales, que no de Australia (lo que viene a ser algo tan absurdo como que Bilbao no sea la capital de Euskadi). Alli nos despedimos de nuestra caravana y volvimos a dormir en una cama despues de largo tiempo.

A parte de visitar los monumentos tipicos de la ciudad como son, la Opera House, Harbour Bridge y navegar por la Bahia de Sydney hasta la playa de Manly, tambien tuvimos tiempo de pasar nuestras ultimas noches de fiesta en Australia. Esto ultimo no resulto tan facil, ya que nos vetaban la entrada en todos los bares, en unos por las zapatillas, en otros por la camiseta e incluso en alguno por no ser gays! Increible, pero cierto. Y es que por lo visto, Sydney es algo asi como la capital gay.

En definitiva, cerrabamos el episodio de Australia con muy buen sabor de boca. Y aunque hubieramos pasado de ser millonarios en Laos y Vietnam a ser unos mindundis viviendo en una caravana, cada dia en Australia nos habia ofrecido alguna experiencia nueva, desde los animales más exóticos hasta parajes inolvidables.